Mi chiquitico, mi zapatico, cosa, te adoro, y un sin fin de sónidos y gestos es con lo que cada mañana me despierto y el corazón se me agranda cada vez que te oigo andar, suspirar, gruñir y balbucear palabras. Eres mi milagro. No hay nadie en este mundo que iguale el amor que he sentido por tí. Eres travieso y sonríes, es maravilloso ver que en tu vida no hay nii una gota de maldad o de malicia, quisiera mantenerte puro, pero se que así no es la vida. Debo contarte que acabas de tner tu primera enfermedad hace un mes y fue muy duro, estuvimos encerrados por dos semanas y al final tu ya estabas un poquito desesperado, pero te portaste muy valiente y te tomabas los remedios con aspaviento pero al final te los tomabas.
Ya llevas un tiempo en el colegio y debo decirte que te lo pasas muy bien, ahora lloras cuando nos vamos pero es más como dice Sandra tu tía una cortesía, pues ya sabes que vas a estar bien y que sin importar lo que pase siempre vamos a ir a recogerte al medio día. Con el tema de la comida, sigues siendo un poquito necio, aunque ahora al menos comes las cosas que te gustan y te las voy a enumerar, para que algún día le cuentes a tus hijos o a tus amigos:
No puedes vivir sin Huevo Frito, Morcilla, Empanadas, Envuelto de Arroz y Arroz (este es tu TOP 5) Yo espero que con el tiempo vaya variando y seas muy feliz con otras cosas.
Mi enano, te adoro,
Tú mamá
Simón Martínez Leal, eres todo un personaje, un niño maravilloso, lleno de sorpresas y de palabras bonitas. Ahora estás feliz con tu perrito, espero que no lo vayas a extrañar mucho cuando se vaya para Canadá a la casa de tus primos Victoria y Salomón. En el colegio cada día estas más feliz y los mejor de todo son tus clases de equitación.
